La lavanda

Paseaba hace unas semanas con mis perros (tengo dos fierecillas peludas) por un parque que está al otro lado de la avenida. Curiosamente, en los dos años que llevo viviendo en Zaragoza, nunca había cruzado con ellos para pasear por allí. Mientras ellos jugueteaban, un olor me llegó de repente. Un aroma conocido, un perfume que trae recuerdos. «Aquí huele a lavanda», les dije.

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Y es que los parques de mi barrio están llenos de dos plantas aromáticas. El romero, de cuyas propiedades hablaremos más adelante, y la lavanda. En primavera el paseo es un espectáculo comparable a la Provenza, en pequeño, claro. Pero, lo confieso, nunca se me hubiese ocurrido que las flores secas de lavanda pudiesen oler tanto. Lo que es un poco tonto, lo acepto, porque las bolsitas aromáticas de lavanda que colgamos de nuestros armarios son hojas secas.

Pero además de para perfumar bolsos, armarios o cajones, la lavanda tiene muchas más propiedades. Su aceite esencial es muy utilizado para aromatizar o ahuyentar insectos, pero también como calmante, como antiséptico, como ayuda para quemaduras y cortes (lo que se conoce como vulnerario)… Su uso es sobre todo externo (de hecho es de los pocos que se pueden aplicar directamente en la piel), pero también podemos tomarlo en infusión, y de hecho, puedes encontrarlo en algunos tés aromáticos, sobre todo con base de té negro.

En uso externo puedes utilizarlo para aliviar los dolores de cabeza o los reumáticos y lumbares. También para aliviar y ayudar a cicatrizar las quemaduras. Y a mí me vendrá de perlas este fin de semana para masajear los pies cuando vuelva de la boda que tengo y me quite los taconazos que llevaré. Si tienes moratones o eccemas, aplícate unas gotas y masajea hasta que penetre bien en la piel.

Pero lo que nos interesa en MásQueTé es sobre todo su uso en infusión: una cucharadita de hojas secas por vaso/taza de agua o dos, si las flores son tiernas, y se deja unos 10 minutos en el agua caliente (a 100º) Bebida la infusión te servirá para calmar la ansiedad y el mareo, y, por tanto, para mejorar tu insomnio y ayudarte a dormir. Mejora la digestión también. Pero además, y qué bien nos viene saberlo ahora que ha empezado el otoño y llega el frío, la infusión de lavanda es buena para el resfriado, la gripe y la bronquitis. Y si tienes faringitis, haz gargarismos con ella. Endulza la infusión con miel para potenciar sus efectos.

Ah, el agua de lavanda, masajeando con ella el cuero cabelludo, es utílisima para ayudar a fortalecer el cabello.

Habrá que hacerle un hueco en la terraza a una maceta para plantar lavanda, ¿no creeis?

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