Ella entró en el local, miró al camarero a los ojos y le dijo: «Quiero un té, pero no sé que te quiero.» Se miraron perplejos. «Aquí tienes» dijo él, «la carta».
(Mi amiga Estefanía publicó hace unos días este microrrelato en la página de Facebook de Más Que Té. La fotografía es suya también ¿Alguien más se atreve?)