Todavía queda mucho verano.
Y está siendo muy caluroso. En esta casa, algunos días, niños, perros y adultos estamos tremendamente irritables porque nos derretimos como hielos en un té caliente.
Así que apetecen bebidas frías. Yo tengo siempre una jarra o una botella llena de té frío en el frigorífico que voy bebiendo a lo largo del día (más abajo os diré cómo prepararla para que no pierda sabor ni propiedades). O un refresco especial que podemos preparar en un momentito y que es sano, natural y gustará a niños y mayores. Estos son algunos con los que empezar. Y ya vuestra imaginación y gusto os darán más posibilidades de mezclas.
Mi refresco preferido este año es la limonada con jengibre y menta chocolate. La limonada es tan sencilla de preparar y tan refrescante que me ha gustado muchísimo desde pequeña.
Para dos litros de limonada, yo uso tres limones, pero si utilizáis un robot de cocina o algún aparato que también os triture la piel, además de aprovechar mejor todas sus vitaminas, podréis utilizar menos y ahorrar. Preparamos una infusión concentrada con unos trozos de raíz de jengibre fresca y unas hojas de menta chocolate (podéis utilizar hierbabuena o menta piperita), y la dejamos enfriar. Mezclamos esta infusión con la limonada, añadimos azúcar moreno o melaza (también le he añadido miel y está buenísima, y mejoramos las propiedades beneficiosas de esta bebida), y a beber si ya está fría o a enfriar.
Añadidle agua con gas. Un refresco totalmente natural para los niños.
Si sois de aquellas personas que sudan mucho, entonces tenemos otra receta inmejorable. La salvia es una maravillosa planta entre cuyas propiedades está la de ser antisudorífica. Puedes beber la infusión de salvia fría o puedes modificar la receta anterior, añadiendo a la limonada una infusión bien concentrada de salvia. Deliciosa.
Además, seguro que los fines de semana cae alguna comida familiar por aquí, alguna barbacoa con amigos por allí, algún cumpleaños infantil al aire libre… Para los peques, ¿por qué no escoges una rica tisana de frutas, como esta de kiwi y fresa con hibisco, y la preparas de alguna de estas dos maneras? Ojo, que también sirve para tus infusiones frías.
Prepara la cantidad de té o de tisana de frutas que te apetezca beber en agua del tiempo o natural. Déjala macerar toda la noche, bien dentro de la nevera o bien fuera, si no te gusta beberla fría. Y por la mañana cuela y ya estará preparada para beber.
La otra opción la hemos comentado ya a lo largo de esta entrada, y es más rápida para tomar de forma inmediata o casi. Prepara una infusión concentrada del té o la tisana que prefieras para la cantidad de bebida que quieras preparar. Déjala enfriar y añade la cantidad de agua que habías pensado. ¡No te olvides del agua con gas! Y ahí está: una rica bebida para los pequeñajos este verano.
Y… me voy a preparar un té verde con salvia para dejarlo enfriar y tomármelo «del tiempo».
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