Cuando fui librera, a menudo respondía a las madres que me comentaban que no leían porque no tenían tiempo, que siempre hay tiempo si una realmente quiere. Un capítulo por la noche cuando los niños se van a dormir, les decía.
Pido disculpas por esa soberbia. Ahora entiendo que lo que sucede realmente no es, en efecto, falta de tiempo. Es agotamiento. Que impide leer, escribir, disfrutar de mi té como antes…
Pero ahora están todos dormidos y yo comenzando el día, así que voy a aprovechar este momento para hablaros del té de roca, una riquísima infusión que me dieron a probar tras una copiosa comida este verano, y que viene de perlas conocer para reponernos de las comilonas de Navidad.
El té de roca es la infusión que se prepara con las flores y las hojas de la planta así llamada, o también conocida como té de Aragón, té del Moncayo, té de montaña, té de piedra… aunque su nombre científico es Jasonia glutinosa. Crece en Aragón, Cataluña, Levante, la zona de Francia más próxima al Mediterráneo y también en algunos lugares de Marruecos. Crece entre las rocas y las piedras, y alcanza como máximo 40 cm de altura. Florece entre julio y agosto, y estas flores ya contienen todas las propiedades que necesitamos, así que no es necesario arrancar la planta entera ni destrozarla. Aunque es muy conocida en los lugares donde crece, no se recoge su uso en los herbolarios de los ss. XVII y XVIII. Y Lázaro Ibiza la nombra la primera edición de Botánica descriptiva, en 1896, pero no describe sus usos hasta la edición de 1927.
En infusión, se usa principalmente para facilitar las digestiones pesadas y para evitar los gases intestinales, pero también para abrir el apetito si alguien padece de inapetencia. Me contaron también usos analgésicos para los dolores menstruales o para el dolor de cabeza. Y parece que favorece la circulación por lo que se usa para mejorar las varices.
También se puede usar externamente, para ayudar a la cicatrización de heridas o para hacer gárgaras si estamos resfriados y tenemos inflamación de garganta.
Y, ahora que sé todo esto, estoy deseando volver a Jaca para volver a tomar una tacita y traerme una bolsita a casa.
Además de todas esas propiedades la infusión de te de roca ayuda a mejorar los síntomas catarrales y es un excelente regulador del sistema nervioso ayudando a relajarnos.
También comentar que a pesar de todas estas excelentes propiedades, no deben tomarlo las mujeres embarazadas y tampoco las que estén dando lactancia.
Me gustaMe gusta