Desde que nos convertimos en padres por sorpresa (para muchos; para nosotros, tantos meses de trámites, entrevistas y papeleos convirtieron el momento en un «por fin»), este momento a media mañana de mi té mientras intento reinventarme, como se nos dice ahora a quienes a los 40 parece que ya no servimos para nada (o para poco), este momento, digo, había desparecido de mi cotidianidad.

Pero tantos meses después de la llegada a casa, cuando las vidas se van acoplando, cuando ya vamos entendiendo sus necesidades y ellos las rutinas y normas; y aunque la mesa del ordenador está llena de juguetes, peluches y ropa infantil recién lavada por colocar, es el momento, me parece, de retomar proyectos, de dejar de lado la desgana, o el desencanto, o el hastío, o todo eso junto, y volver a preparar mi té favorito para esta hora de media mañana, sentarme ante la pantalla y, si el ordenador quiere, que hoy parece que no, comenzar a teclear para explicar al mundo que tengo, ante todo, un enorme sentido de la responsabilidad.

Ah, mi té favorito para esta hora es el té verde con jazmín. ¿Lo probarás?